5 buenas prácticas para mantener tu nuevo equipo Becker

Registro de actividad 

Una práctica enormemente útil es anotar la actividad realizada durante la jornada, es decir, la producción que se ha realizado, de la manera más detallada posible (pausas, aumentos o descensos de ritmo,...), así como cualquier signo o cambio en el comportamiento del equipo (ruidos, olores, aumentos de calor,...), para así familiarizarnos con el ciclo de sus elementos de desgaste.

Seguir fielmente la recomendación de sustituciones

Nuestras recomendaciones para la sustitución de lubricantes y piezas deberían respetarse, especialmente, en los primeros ciclos, ya que así podremos descubrir si el uso que se le está dando a la bomba pudiera ser demasiado intenso, y anticiparnos así a un desgaste prematuro de piezas y equipo.

Invertir en tecnología

Las herramientas tecnológicas se han convertido en importantes aliadas de la administración industrial. Poder contar con un software de gestión i diagnóstico industrial, nos facilita identificar por donde pueden venir los problemas y actuar antes que el rendimiento se vea comprometido.

Mantener el equipo y su entorno lo más limpio posible

La limpieza constituye un valor en si mismo cualquiera que sea el aspecto del que 

se esté hablando. Pero cuando nos referimos a la maquinaria industrial, y más concretamente a los equipos de vacío, podemos conseguir un valor añadido enorme, en cuanto a mantenimiento se refiere. Sistematizar limpiezas periódicas del equipo de vacío, más o menos profundas según definamos, así como el uso de sistemas antipolvo o una correcta circulación de aire en el espacio de trabajo, libran a la bomba o compresor de trabajar con partículas que ensucian prematuramente sus componentes y lo exponen a incidencias prematuras.

Evaluación de cambios

Cualquier cambio en el entorno de trabajo de un equipo (traslado de maquinaria, cambios de operario, instalación de nueva maquinaria próxima al equipo,...) es susceptible de influir en el rendimiento de las demás máquinas (generación de polvo o partículas en suspensión, cambio de la temperatura,...). Es por ello que ante cualquier cambio en el entorno de trabajo, es recomendable valorar en qué medida puede afectar este cambio a la maquinaria, haciendo si es posible un seguimiento pr si ese cambio se traduce en una variación de rendimiento o comportamiento de los equipos.