Multiplica las posibilidades y las ventajas de tu equipo de vacío con un variador de frecuencia

Con los costes de la energía en aumento y los planes de las administraciones para reducir las emisiones de carbono, no sorprende que las empresas estén buscando formas de reducir su consumo de energía. Ahorrar energía no solo es mejor para el medio ambiente, sino que también ahorra costes y, por tanto, es un beneficio directo para la empresa.

A veces creemos que para obtener un ahorro energético significativo debemos sustituir gran parte de nuestra maquinaria y eso nos hace deshechar la idea por el tiempo que necesitaríamos para amortizar esta decisión. Pero no siempre hacer cambios para reducir el consumo de energía implica una gran inversión.

Hay algunos cambios simples y rentables que pueden marcar una gran diferencia. Un gran ejemplo de esto es la introducción de variadores de velocidad en sus líneas de producción.

¿QUÉ SON LOS VARIADORES DE VELOCIDAD?

Las unidades de velocidad variable (UVV), también conocidas como unidades de frecuencia variable, convertidores de frecuencia o unidades de velocidad ajustable, son herramientas de ahorro de energía extremadamente efectivas.

No toda la maquinaria necesita funcionar a una velocidad fija. Motores, ventiladores y bombas, por ejemplo, funcionan a diferentes velocidades para diferentes aplicaciones. Aquí es donde entran las UVV. Convierten el suministro eléctrico entrante de frecuencia y voltaje fijos en una frecuencia y voltaje variables. Esto le permite hacer coincidir la velocidad y el par de su motor, ventilador o bomba con el requisito exacto de su mauinaria y proceso.

Mediante la acción de los Variadores de frecuencia, podemos controlar los siguientes aspectos de nuestro equipo:

Carga: la cantidad de aire utilizada en el proceso.
Flujo: la tasa de flujo de gas que pasa a través de la entrada de la bomba de vacío.
Presión: el nivel de vacío.
Potencia: la energía eléctrica requerida por el equipo de vacío.

Las bombas fijas generalmente se seleccionarán para satisfacer las necesidades de sus procesos a plena carga y, como sugiere el nombre, funcionan a una velocidad fija. Cuando cae la demanda de una máquina de velocidad fija, también cae la presión. Pero el consumo de energía solo baja aproximadamente al 70% de su potencia máxima.