Los lubricantes industriales son esenciales para el funcionamiento eficiente y seguro de la maquinaria en diversas industrias. En el sector alimentario, sin embargo, el uso de lubricantes aptos para contacto con alimentos es de vital importancia debido a los estrictos requisitos de seguridad y salud. A continuación os mostraremos los tipos de lubricantes industriales aptos para uso alimentario, las características que los hacen adecuados para este propósito, y los peligros de no utilizarlos, especialmente en relación con la toxicidad.
Los lubricantes aptos para uso alimentario se clasifican principalmente en tres categorías:
Un lubricante es considerado apto para uso alimentario cuando cumple con los estándares establecidos por entidades reguladoras, como la NSF (National Sanitation Foundation) a nivel internacional. Estos lubricantes están formulados para ser seguros en caso de contacto incidental con alimentos.
Para que un lubricante sea apto para uso alimentario, debe poseer ciertas características específicas:
Estos aceites son altamente refinados y purificados para eliminar cualquier sustancia nociva. Son inodoros, insípidos y cumplen con los requisitos de la FDA y la NSF para contacto incidental con alimentos.
Los aceites sintéticos, como los polialfaolefinas (PAO) y los ésteres sintéticos, ofrecen excelente estabilidad térmica y química. Son ideales para aplicaciones en las que se requiere un rendimiento superior a altas temperaturas.
Las grasas alimentarias están formuladas con aceites base y espesantes seguros para alimentos. Estas grasas son cruciales para aplicaciones que requieren lubricación sólida, como rodamientos y engranajes en equipos de procesamiento de alimentos.
El uso de lubricantes no aptos para uso alimentario en la industria alimentaria puede tener graves consecuencias:
Los lubricantes industriales convencionales pueden contener sustancias tóxicas que, si entran en contacto con alimentos, pueden causar intoxicación alimentaria y problemas de salud a largo plazo en los consumidores:
La ingestión accidental de estos componentes, incluso en pequeñas cantidades, puede llevar a síntomas agudos como náuseas, vómitos, dolor abdominal, y a largo plazo puede causar daños hepáticos, renales y neurológicos.
El uso de lubricantes no aprobados puede resultar en el incumplimiento de las normativas sanitarias, llevando a multas, retirada de productos y daños a la reputación de la empresa.
En España, la regulación de los lubricantes de uso alimentario en la industria se rige principalmente por las siguientes normativas europeas y nacionales
Reglamento (CE) Nº 1935/2004, que establece los requisitos generales para todos los materiales y objetos destinados a entrar en contacto con alimentos, incluidos los lubricantes.
Reglamento (CE) Nº 2023/2006, que determina las buenas prácticas de fabricación para materiales y objetos destinados a entrar en contacto con alimentos.
Real Decreto 847/2011, que dictamina las medidas específicas para el control oficial de materiales y objetos destinados a entrar en contacto con alimentos.
Los lubricantes originales BECKER tienen una gama de uso alimentario, como el aceite GB-LUBE SL100, que cumple con toda esta normativa y, además, está certificado por la NSF como H1, pudiendo entrar en contacto con alimentos sin peligro alguno.
Ponte en contacto con nuestros expertos, que te asesorarán en cuál es el mejor lubricante para el alimeto con el que estés trabajando.
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