En nuestro día a día estamos rodeado de objetos que parecen metálicos pero que en verdad no lo son, por ejemplo, lo faros del coche, una bolsa de patatas “chip”, las bolas del árbol de navidad o simplemente el trofeo que has ganado practicando tu deporte favorito, es totalmente de plástico, pero tiene la apariencia y el tacto del metal. Para lograr ese aspecto estos objetos y muchos más pasan por el proceso de metalización al vacío.
Denominamos metalización al vacío o deposición al vacío al proceso que hace parecer metálico materiales que no lo son. Esto se consigue evaporando un metal en una cámara de vacío para que se condense de forma uniforme sobre el material que queremos metalizar.
El metal más utilizado en este proceso es el aluminio, por su resistencia a la corrosión y sus propiedades termodinámicas, a más a más es un metal muy abundante por lo que economiza el proceso respecto a otros metales.
Otro metal utilizado en el proceso es el cobre, tiene mayor conductibilidad que el aluminio, pero menos resistente a la corrosión, además al tratarse de un metal con mayor precio encarece el proceso.
También se pueden utilizar varias combinaciones de metales para este tipo de proceso, oro, plata, zinc, cobre y aluminio, aluminio y níquel-cromo o acero inoxidable.
Son varias las ventajas de la metalización al vacío…
…Cómo también son varias las desventajas del proceso.
Este proceso está muy vigente en el sector de la automoción, industria del envasado (cosméticos), juguetería, bisutería, decoración, grifería, etc.
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